Ya hablamos hace poco de qué son los suelos de vinilo y que ventajas tienen. No es ningún secreto que los suelos de vinilo han evolucionado de forma rápida en los últimos años y han sufrido profundos cambios en cuanto a sus diseños. La tecnología ha permitido una evolución tal, que hoy en día, los suelos de vinilo están muy lejos de ser lo que eran. Han pasado de ser uno de los materiales mas denostados para nuestros suelos a ser un material de moda, versátil, duradero y con un precio muy tentador. En esta entrada queremos seguir hablando de sus ventajas y contaros porque nos gusta tanto este tipo de suelo.

Cada vez son más los comercios y hogares que utilizan este tipo se suelo. Da igual en que habitación quiera instalarlo, porque hay modelos para todos los gustos y es una apuesta segura para equipar cualquier tipo de espacio.

¿Por qué decidirme por un suelo de vinilo?

• Estilos y colores: la segunda capa de suelo es impresa con un sistema de fotograbado. Es un método de impresión que utiliza una prensa rotatoria con placas fotograbadas con la posibilidad de imprimir casi cualquier tipo de diseño. Son capaces de simular muchos tipos de pavimentos por lo que no importa el estilo que estés buscando ya que con este suelo hay muchas opciones a elegir.

• Fácil mantenimiento: se trata de superficies no enceradas que mantienen su brillo sin necesidad de encerar. Para mantenerlo limpio, es tan sencillo como pasar un trapo húmedo. Su capa de desgaste superior es muy resistente a los golpes y arañazos. Si que es cierto que con el paso del tiempo, hay zonas que pueden ir perdiendo el brillo. Para ellos se aconseja comprar productos especiales para este tipo de suelos que no tengan cera. Además, su composición impide el crecimiento de hongos y bacterias por lo que es casi imposible que se pudra y será ideal en lugares con mucha humedad (como los baños). Además, evita que se acumulen ácaros (bueno para asmáticos y alérgico) e imposibilita la formación de electricidad estática.

• Resistencia y Durabilidad: la mayoría de los suelos de vinilo se componen de tres o cuatro capas intercaladas entre sí. La primera capa consiste en un material de soporte que está hecho de fieltro o de fibra de vidrio. La segunda capa, es una capa impresa de vinilo que se adhiere a la capa base. La capa final se llama una “capa de desgaste” y también está hecha con vinilo. Cuanto más gruesa sea esta última capa, más duradero será nuestro suelo. Una capa de desgaste más gruesa supone una mayor durabilidad pero también que suba el precio. Todos los suelos de vinilo son resistentes al agua, la abrasión y el desgaste, pero no todos son iguales. Existen grosores que van del 0,08 mm para un uso menos intensivo como puede ser un recibidor, a un grosor de 0,55 mm para usos más habituales como el salón. Por lo que la elección de groso dependerá del uso que le queramos dar y del presupuesto que tengamos.

• Confortable al tacto: según el diseño o el uso que le queramos dar, el suelo de vinilo puede incluir un soporte amortiguado. Si lo que buscas es que el suelo de la habitación sea agradable a la hora de pisarlo, puedes solicitar una capa extra de amortiguación que hará la sensación mucho más agradable.

¿Podemos hablar de algún inconveniente?

En el caso de que nuestra casa cuente con un sistema de calefacción radiante, la instalación de un suelo de vinilo no será aconsejable ya que se trata de un material que asila muy bien, por lo que invalidaríamos el sistema de calefacción. En este caso, se aconseja tarima de madera para suelo radiante.

Por otro lado, si a la madera le afecta la humedad porque se hincha, al vinilo lo que le afecta es el exceso de calor ya que producirá deformaciones. Por ello el suelo de vinilo no será apto en aquellos espacios susceptibles a padecer calor extremo.