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Una pregunta habitual para aquellas personas que decidan instalar parquet o suelo de madera en casa, es cada cuánto se debería barnizar y lijar nuestro suelo para mantenerlo en buen estado. En esta entrada trataremos estas dudas y cómo se realiza el proceso de lijado y barnizado de nuestros suelos de madera.

Los cuidados de un suelo de madera

Los suelos de madera para nuestra vivienda son indudablemente un símbolo de distinción y elegancia. Hacen que la vivienda sea más cálida en invierno y más fresca en verano, por lo que nos ayudan a mejorar la eficiencia energética.

Sin embargo, no debemos pasar por alto que el suelo de parquet va a requerir unos cuidados extra ya que son sensibles a la humedad, las rayaduras y la luz directa del sol. Debemos seguir consejos como limpiarlo con aspirador o mopa suave y correr las cortinas para evitar la exposición directa al sol.

Saber cuándo debemos lijar y barnizar nuestro parquet es sencillo, ya que a simple vista podremos comprobar que se muestra desgastado y sin brillo. Un parquet puede aguantar 25 años sin problema. Durante ese periodo, la frecuencia del barnizado y lijado suele ser cada 10 años, es decir, 3 veces a lo largo de su vida útil. Es cierto que esa frecuencia va a variar en función de cómo cuidemos de nuestro suelo.

Mover muebles sin tenerlos con tacos para evitar rayaduras, humedecerlo demasiado o no tener cuidado con el sol, puede hacer que nuestro parquet luzca opaco y gastado antes de tiempo. Lijar y barnizar el parquet es un proceso de restauración que podremos hacer nosotros mismo con las herramientas adecuadas, como las lijadoras de rodillo o de banda. Aunque la mejor opción es dejarlo en manos de profesionales con experiencia y buenas garantías.

 

El proceso de restauración

Este proceso se divide en tres partes claramente diferenciadas entre ellas: lijado, evitar las irregularidades y barnizado.

En el lijado vamos a eliminar por completo la superficie superior de la madera protectora y barniz anterior. Se utiliza la lijadora para la superficie del suelo y una de menor tamaño para las esquinas, de forma que nos aseguremos de pulir la superficie total del suelo.

Al terminar, debemos asegurarnos de hacer una buena limpieza (pasando el aspirador) antes de proseguir, para evitar así las irregularidades que se producirían por las motas de polvo y otros elementos.

Decidiremos el acabado del barniz, del que va a depender el aspecto que queramos que tenga nuestro suelo. Podemos elegir entre satinado y mate. El tipo de acabado que decidamos va a cambiar el aspecto de la estancia. Si quieres oscurecer el suelo, primero se puede utilizar un tinte para dar color a la madera.

La aplicación del barniz puede hacerse con un rodillo o con una brocha. Con el rodillo se va más rápido, pero es aconsejable el utilizar la brocha para los rincones y las esquinas. También se pueden utilizar pistolas, que va a dar un acabado más profesional.

Después de aplicar una primera capa de barniz, se puede aplicar una segunda y hasta tercera capa, dejando transcurrir entre ellas unas 8 horas. Así ganaremos en protección y resistencia. Podremos volver a utilizar con normalidad nuestros suelos transcurridas 24 horas desde la última aplicación del barniz.

Una vez restaurado nuestro suelo, podremos disfrutar de él como si estuviese recién instalado. Será un buen momento para comenzar a cuidarlo a partir de ahora y seguir los consejos básicos para su mantenimiento o si siempre lo hicimos, seguir mimándolo como hasta ahora.

 

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